La implantación del Liberalismo supuso una serie de transformaciones en la
España del segundo tercio del siglo XIX:
- Una estructura política basada en un régimen constitucional y
representativo, que sustituyó al tradicional absolutismo.
- Una estructura económica basada en una economía de mercado, que sustituyó
a la economía agraria y gremial del Antiguo Régimen.
- Una estructura social basada en la igualdad ante la ley y en una sociedad
de clases, que sustituyó a la vieja sociedad estamental.
Por otro lado, supuso el entendimiento entre una nueva burguesía y los
grupos privilegiados del Antiguo Régimen, con la idea de implantar un
liberalismo moderado.
1. LA GUERRA CARLISTA
Al nacer la princesa Isabel, su
padre, Fernando VII, anuló mediante la Pragmática
Sanción la Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres.
A la muerte de
Fernando VII, su hermano Carlos reclamó los derechos al trono. Posteriormente,
se produjeron levantamientos armados a favor de Don Carlos. El conflicto
sucesorio evolucionó hacia una guerra civil.
Los carlistas
encontraron apoyos en la pequeña nobleza rural, el bajo clero, algunos
oficiales reaccionarios del ejército y pequeños propietarios campesinos. Este
apoyo obedece a diversas razones, entre ellas: el temor a la desaparición de
los privilegios fiscales y mayorazgos; la pérdida de exclusividad de los mandos
del ejército por los segundones de la nobleza; temor a nuevas desamortizaciones
y la abolición de los diezmos, en el caso de la iglesia; la perdida de
exenciones fiscales en el del campesinado vasco.
DESARROLLO DE LA GUERRA
Desde el punto
de vista militar, la guerra civil entre carlistas e isabelinos tuvo tres etapas
diferentes :
La etapa
inicial, entre 1833 y 1835, es un periodo de éxitos carlistas, a pesar de que
la actuación de los capitanes generales a la muerte de Fernando VII limitó la
trama conspiratoria. Carlos retorna de Inglaterra, donde se había refugiado
tras la caída de los absolutistas en Portugal, en julio de 1834. La labor de
Zumalácárregui, figura clave, sin duda, de esta etapa carlista, consiguió
reunir un ejército de 35.000 hombres y el dominio de grandes espacios rurales
en el País Vasco, pero fracasó en la toma de las capitales, especialmente la
ciudad de Bilbao, considerada vital para el carlismo para obtener crédito y
reconocimiento internacional. Se trata, además, de una guerra caracterizada por
la extrema crueldad en ambos bandos con ejecuciones sistemáticas de prisioneros
y civiles.
La segunda
etapa, entre 1836-1837, se caracteriza por su proyección expedicionaria. A
partir de 1835, tras la muerte de Zumalacárregui y el levantamiento del sitio
de Bilbao, el predominio carlista se refleja en la realización de expediciones
por norte, hacia Castilla y Madrid. El Carlismo ensayó la ruptura de su
confinamiento bajo la presión de los liberales y salió para contactar y consolidar
resistencias de focos distantes entre sí. Mientras tanto, en el ejército
liberal, Espartero asumió el mando tras el éxito en Bilbao, y tuvo que afrontar
esa ofensiva carlista. Hubo muchas expediciones destacadas, sin embargo, todas
esas operaciones fracasaron y los carlistas no encontraron nuevos respaldos de
importancia entre las poblaciones del centro y sur peninsular.
La tercera y
última fase de la guerra, de 1838 a 1840, viene marcada por la división interna
del carlismo y por la transacción. El bando carlista, desmoralizado y
debilitado por los enfrentamientos internos de sus jefes, sufrió continuas
derrotas. Los fracasos militares provocaron un aumento de las discrepancias que
terminaron por escindir a los dirigentes carlistas en dos facciones opuestas:
los apostólicos y los transaccionales. La resistencia se prolongó hasta julio
de 1840, pero, en realidad, la victoria de los liberales era ya definitiva
desde la huida de Don Carlos a Francia y la firma del convenio de
Vergara.
2. LA REGENCIA DE
MARÍA CRISTINA
EL RÉGIMEN DEL ESTATUTO REAL
El gobierno
estuvo dirigido sucesivamente por Cea Bermúdez (moderada) y Martínez de la Rosa (progresista), para asesorar a María Cristina y se
llevo a cabo lo siguiente:
1. División de
España en 49 provincias.(Francisco Javier de Burgos)
2. Estatuto
Real(1834) promovido por Martínez de la Rosa, era una carta otorgada, que
manifiesta un liberalismo moderado, con las siguientes características:
2.1.Consolidaba el poder de la Corona, que tenía iniciativa
legal y compartía soberanía con las Cortes.
2.2.Sistema representativo muy estricto. Se estructuraba en dos
cámaras: Cámara de Prócederes y Procuradores.
Mientras tanto,
los absolutistas moderados querían pactar con los carlistas y durante ese
tiempo, se produjo una escisión entre los liberales: doceañistas y exaltados.
LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS
El Estatuto no
reconocía la soberanía nacional y los derechos ciudadanos por los que les
pareció insuficiente a una gran parte de los liberales, produciéndose
movimientos revolucionarios entre 1835 y 1836, obligando a la regente a
apoyarse en los progresistas, liderados por Mendizábal, fomentaron la libertad
económica y comenzaron un proceso desamortizador. Más tarde, la regente
sustituyó a Mendizábal por Javier Isturiz, que llevó a la formación del nuevo
gobierno, presidido por Calatrava.
Poco después, se promulgó la Constitución de 1837, de carácter intermedio entre la Constitución de 1812 y el Estatuto Real de 1834. Tenía aspectos progresistas:
1.
Soberanía
nacional
2.
Declaración
de Derechos de ciudadano
3.
División
de poderes
4.
Aconfesionalidad
del Estado
Y también
aspectos conservadores.
1.
Introducción
de El Senado
2.
Amplia
concesión de poderes a la Corona
3.
Sistema
electoral muy restringido
EL TRIENIO MODERADO (1837-1840)
Los moderados
ganaron las elecciones de 1837, y estos pretendían desvirtuar los elementos más
progresistas de la Constitución a través de:
1.
Ley
electoral más restrictiva
2.
Limitación
de la libertad de prensa
3.
Ley de
Ayuntamiento
4.
Devolver
los bienes expropiados a la iglesia
5.
Intento de
restablecer el diezmo
Finalmente, María
Cristian renuncia a la regencia, debido a la revolución de 1840 que la obliga a
exiliar, antes de dar un nuevo gobierno a los progresistas y se establecerá en
París, conspirando contra los moderados contra el gobierno de Espartero.
3 LA REGENCIA DE ESPARTERO
Tras la Guerra
Carlista, los progresistas se
apoyan en el general Espartero para
ejercer mayor influencia política frente a los moderados. El conflicto por la Ley de Ayuntamientos (los
progresistas defendían la elección de alcaldes frente a la regente y los moderados) originó diversos desórdenes y la disolución de
las Cortes, lo que obligó a Mª Cristina a renunciar a la regencia a
favor del nuevo regente.
El gobierno de Espartero promovió la
consolidación del régimen liberal en base a la Constitución de 1837, pero el
general se apoyó en un sector del ejército para gobernar e implantó un gobierno
autoritario y personalista, lo que provocó el rechazo de las élites políticas y
sociales. Los moderados provocaron diversos pronunciamientos militares (contribuyendo a la tradición del
militarismo de la vida política), que fueron reprimidos. Además, la política
librecambista del gobierno originó en Barcelona una fuerte protesta (1842) por la crisis de la industria
textil, procediendo el regente al bombardeo
de Barcelona desde el castillo de Montjuic, lo que hundió su prestigio.
Como resultado, las fuerzas antiesparteristas llevaron a cabo un nuevo
pronunciamiento dirigido por el general Narváez que acabó con la regencia de
Espartero.
4 LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)
Para los
moderados, dirigidos por otro militar metido en política, Ramón María Narváez,
las reformas administrativas eran el requisito fundamental para el buen gobierno.
Defienden un estado centralizado y jerarquizado, de clara influencia francesa,
con lo que se crean los gobernadores militares y civiles del Estado en las
provincias.
Se hace
la reforma de Hacienda Pública; se aprobó el Código Penal; se organiza la educación
pública con la ley Moyano; se crea la Guardia Civil, que ocupa el lugar de la
Milicia Nacional que va desapareciendo, en las zonas rurales; y se firma el
Concordato entre España y la Santa Sede, para restablecer las relaciones con la
Iglesia Católica .Asistimos también a la segunda guerra carlista(1846-1849),
con el protagonismo de Cabrera y en los progresistas aparece una escisión: el
partido demócrata.
En 1845 se elaboró una nueva constitución, que es el
prototipo de moderada o conservadora, siendo una de las Constituciones con más
vigencia en la historia del constitucionalismo español, aunque esta inspirada
en la del 37 es mucho más conservadora. Las características más importantes de
esta constitución son el gran poder del rey, el estado confesional que
establece y el sufragio censitario es más acentuado que en la del 37
5 EL BIENIO PROGRESISTA
En el seno del grupo moderado se produjeron
desacuerdos por la tendencia de sus gobiernos al ultraconservadurismo, los casos de
corrupción y arbitrariedades. Ello provocó un cambio de gobierno, de nuevo por el sistema del
pronunciamiento, en la denominada “revolución de 1854”: el general O`Donnell en Vicálvaro llevó a cabo un pronunciamiento militar conocido como la Vicalvarada, que se concretó
en la publicación del “Manifiesto de Manzanares” documento que respondía a las
aspiraciones progresistas.
Isabel II llamó a Espartero para formar gobierno con
los progresistas y O´Donnell,
centrándose su labor en profundizar el régimen liberal
y el desarrollo económico.
Sus principales iniciativas fueron:
1. Redacción de la Constitución de 1856 (llamada
“nonata” pues no llegó a entrar en vigor), que recogía los ideales progresistas
(soberanía nacional, mayores derechos ciudadanos, restablecimiento de la
Milicia nacional, etc…).
2. Ley de Desamortización General (1855) llevada a
cabo por el ministro Pascual Madoz, que afectó principalmente a los bienes
municipales, y que se verá más detenidamente en el siguiente tema.
3. Ley General de Ferrocarriles (1855) que otorgaba
incentivos y ayudas a las empresas de construcción ferroviaria, lo que se
tradujo en un impulso de la construcción de líneas férreas.
4. Creación de un sistema financiero abierto a las
inversiones de capital extranjero mediante la Ley bancaria y la de sociedades
de crédito (1856).
Al margen de ello, el bienio tuvo una fuerte
conflictividad social, debido a las malas condiciones sociales de los
trabajadores (huelga general en Barcelona, 1855) y al descontento por los
impuestos de consumos, lo que provocó que Espartero fuese sustituido por
O´Donnell durante un breve tiempo. De todos modos, la importancia del Bienio
radicó en su intento de ampliar las bases sociales del régimen y las
libertades, lo que permitió el auge de corrientes políticas más avanzadas como
el liberalismo democrático y el republicanismo.
6 LA HEGEMONÍA DE
LA UNIÓN LIBERAL (1856-1863)
Tras los
enfrentamientos entre moderados y progresistas y el breve gobierno de
O´Donnell, la reina encargó de nuevo a los moderados de Narváez formar
gobierno (1856- 1857), con lo que se desmanteló la obra del Bienio y se volvió
a las instituciones anteriores a 1854.
Desde 1858, O´Donnell, que había formado un
partido de centro llamado la Unión
Liberal con los sectores más moderados de los progresistas y los más
avanzados de los moderados,
lideró un nuevo gobierno. Este nuevo ejecutivo tuvo una mayor estabilidad, favorecido
por el crecimiento de los ferrocarriles
y la prosperidad económica, y se
orientó a ampliar las bases sociales de la monarquía.
Entre sus iniciativas destacan las siguientes:
1. Restauró la Constitución de 1845, aunque
dando un mayor protagonismo al
Parlamento en
detrimento de la Corona.
2. Impulsó la economía del país, favorecida
por mayores inversiones y créditos
para la creación de
empresas, por el aumento de las construcciones
ferroviarias,
y por la expansión de la industria en el norte
de España (Asturias, País Vasco) y
en Cataluña. No
obstante, el sur siguió dependiendo de las actividades
exclusivamente
agrarias, lo que dio lugar a protestas y revueltas campesinas
como la dirigida por Pérez
del Álamo en Loja (1861).
3. Desarrolló una activa política exterior dirigida a
recuperar el prestigio
internacional de España. Para
ello, se intervino en:
· Marruecos, mediante una guerra
imperialista que consumió enormes recursos
económicos y humanos
intentando controlar el norte del territorio.
· América, donde por un lado se entró en
conflicto con Chile, Perú y Ecuador en la
llamada Guerra del Pacífico, y por otro se
participó en una expedición militar a
México realizada
por Francia en apoyo del emperador Maximiliano,
que resultaría
fallida.
· Oriente: colaboró con la expansión
colonial de Francia en la expedición a
la
Cochinchina (Indochina).
7 EL LIBERALISMO EN CRISIS:
REVOLUCIÓN Y FIN DEL REINADO(1863-1868)
No obstante, las
intrigas y desavenencias en el seno de la Unión Liberal provocaron la
dimisión de O`Donnell en
1863. Lo que sucedió desde
entonces a 1868 fue un período de gran
inestabilidad política, que evidenciaba el agotamiento del régimen isabelino moderado, incapaz de atraerse a
los sectores sociales más avanzados. La oposición
a la monarquía fue en
crecimiento, protagonizada por los intelectuales (represión de la “noche
de San Daniel, 10 de abril de 1865, contra los estudiantes), por sectores del
ejército (intentos de pronunciamiento del general Prim, los sargentos del
cuartel de San Gil) y por las fuerzas políticas más avanzadas.
La monarquía, cada
vez más desprestigiada, se iba quedando sin apoyos, y progresistas y demócratas
se aliaron en el Pacto de Ostende (1866).
Los objetivos eran los siguientes:
· Derrocar a la
reina Isabel II
· Convocatoria de
Cortes por sufragio universal.
A ello se sumó el
descontento por la crisis económica y el fin de la expansión ferroviaria. Finalmente,
el fallecimiento de O´Donnell (1867) y de Narváez (1868), principales apoyos de
Isabel II, animó finalmente al conjunto de la oposición a plantear un
alzamiento revolucionario. La revolución
de 1868 (la “Gloriosa”) se inició en septiembre en Cádiz y provocó unos
días después la caída de Isabel II, que
abandonó territorio español mientras los militares sublevados (Prim,
Serrano…) se hacían con el poder dando inicio al llamado Sexenio Revolucionario o Democrático (1868-1874).