viernes, 22 de marzo de 2019

SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)



EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): INTENTOS DEMOCRATIZADORES

Introducción
El Sexenio Revolucionario o Democrático comprende desde el destronamiento de Isabel II en 1868, hasta la restauración de la monarquía de los Borbones en 1874. Entre ambas fechas, España vivió la Gloriosa revolución de 1868, un gobierno provisional, una regencia, una monarquía, una república y un epílogo autoritario. A esto se suma la tercera Guerra Carlista, la guerra de Cuba, el surgimiento del movimiento obrero y el cantonalismo. Esta acumulación de acontecimientos no era sino un proceso de consolidación del régimen liberal en España.

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1.- Las causas de la revolución
1.1.- Crisis económica
A mediados de la década de 1860 el sistema isabelino es puesto en cuestión por una serie de crisis que afectan a la economía del país. Podemos distinguir entre:
Crisis financiera: en la industria del ferrocarril, donde se produjo una gran inversión, mayoritariamente extranjera, a causa de las ventajas fiscales otorgadas a este sector. Sin embargo, su escaso desarrollo y el hundimiento de entidades financieras llevó el ferrocarril al fracaso.
Crisis industrial: especialmente en el sector textil catalán. Se debió al aumento de precio del algodón americano por la Guerra de Secesión de Estados Unidos, además del descenso de la demanda en España.
Crisis de subsistencia: una serie de malas cosechas consecutivas supuso una escasez de trigo y un incremento de precio del pan, alimento esencial. En el campo, la hambruna desembocó en violencia social, mientras que en las ciudades se extendió una oleada de paro entre los obreros.

1.2.- El deterioro político
En cuanto a la situación política, la corte de Isabel II se había vuelto más tiránica, corrupta e intransigente y había caído en desprestigio por los escándalos de la reina y su camarilla. El moderantismo entra en crisis por la muerte de O´Donnell y Narváez. Por otra parte, las protestas sociales y disturbios fueron contestadas con más represión. Finalmente, a todo esto se le unía la situación insostenible de las clases populares y los militares, que también se manifiestan por su situación.

2.- La revolución de septiembre de 1868
2.1.- La Gloriosa revolución
A la muerte de Narváez en 1868 se instauró un gobierno provisional, en funciones, que adoptó medidas de represión contra políticos y militares sospechosos. Las preferencias de la corte hacia los moderados provocaron el retraimiento de los progresistas hacia el sistema y hacia la Corona. Ante tal situación, se fraguó una alianza entre progresistas, unionistas y demócratas, materializada en el Pacto de Ostende (1866), que llegó a su madurez en septiembre de 1868.

La “Revolución de la Gloriosa” se inició en septiembre de 1868 con el pronunciamiento de la armada de Cádiz debido a diversas causas. El almirante Topete y los generales Serrano y Prim son sus dirigentes indiscutibles. Difunden el Manifiesto de “¡Viva España con honra!” en el que se proclama la expulsión de la reina y el establecimiento de un gobierno provisional que asegure el orden y la regeneración política del país mediante la proclamación de las libertades y la convocatoria de Cortes constituyentes mediante sufragio universal. En seguida se suman fuerzas militares y también juntas revolucionarias de carácter civil al movimiento, extendiéndose primero por la regiones mediterráneas y andaluza y, luego, con rapidez, por toda España. El triunfo de las tropas revolucionarias frente a los fieles a Isabel II en la batalla del Puente de Alcolea provocó el exilio de la reina a Francia.
A pesar de recibir el apoyo de las masas populares, el movimiento también fue organizado desde el poder por políticos y militares, lo que se denomina como “revolución falseada”.

2.2.- El gobierno provisional y su labor
La revolución se extendió rápidamente en España gracias a la formación de las llamadas juntas revolucionarias. En Madrid, el poder político fue ejercido por una Junta Suprema que confió el poder a un gobierno provisional apoyado por el ejército. El general Serrano fue nombrado regente, designando a Prim como ministro de la Guerra y a Sagasta como de la Gobernación, juntando así a 4 unionistas y 5 progresistas. Este gobierno logró estabilizar la Revolución mediante:
—El control del Estado con la disolución de las juntas revolucionarias y las milicias populares.
Medidas librecambistas para asegurar la estabilidad económica, como la reducción de impuestos aduaneros y de consumo, y la creación de la peseta como moneda nacional.
Medidas sociales como la democratización de la vida política, la ampliación de las libertades individuales, la libertad de enseñanza y de imprenta, la implantación del sufragio universal masculino y la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes.

2.3.- La constitución de 1869
En 1869 se aprobó una nueva Constitución, que es el primer texto verdaderamente democrático de nuestro país. Sus principales características son:

1. Soberanía nacional de base popular.
2. Monarquía democrática y hereditaria.
3. Amplios derechos y libertades fundamentales: libertad de reunión y asociación, de enseñanza, de expresión, inviolabilidad domicilio… cualquiera no expresado..
4. Se proclama división de poderes.
            • Poder ejecutivo: Rey.
            • Poder legislativo: Cortes con el Rey.
            • Poder judicial: independencia judicial.
5. Cortes bicamerales: Senado y Congreso de los Diputados, elegido por sufragio universal masculino.
6. Libertad de culto con reconocimiento especial al clero católico.

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2.4.- Los problemas de la regencia de Serrano
Hasta encontrar un nuevo rey, el gobierno de Serrano y Prim tuvo que enfrentarse a diversos problemas:
—La guerra colonial en Cuba.
—La oposición de carlistas y alfonsinos.
—Sublevaciones de los republicanos en Andalucía. Los denominados “intransigentes” pretendían una república democrática federal y amplia autonomía en municipios y provincias.
—Descontento de las clases populares, protagonizando levantamientos armados por no suprimir los consumos ni el sistema de quintas.
—El bandolerismo, que se acaba en Andalucía con aplicación de la “ley de fugas”.
3.- El reinado de Amadeo I
3.1.- En busca de un nuevo rey
Votada y aprobada la Constitución monárquica, la búsqueda de un candidato fue difícil para el trono español, en tanto que alteraba el orden internacional europeo. La tardanza en ella aumentó la duración del Gobierno Provisional permitió que creciera la oposición republicana y carlista, que pretendía tomar el trono. Finalmente fue elegido el hijo de Victor Manuel II, rey unificador de Italia, Amadeo de Saboya, que cumplía todos los requisitos: pertenecía a una casa real con tradición liberal, era católico y su elección no inquietaba ni a Francia ni a Prusia. Las Cortes le nombraron rey el 16 de noviembre de 1870, por un escaso margen de votos. Amadeo I consiguió ser elegido frente a otros candidatos, como el duque de Montpensier, don Fernando de Coburgo, o el príncipe prusiano Leopoldo Hohenzollern Sigmaringen, entre otros.

3.2.- Las dificultades de la nueva dinastía: una permanente inestabilidad política y social
Para empezar, a su llegada a España Amadeo I de Saboya tuvo que enfrentarse al asesinato de su principal valedor, el general Juan Prim, víctima de un atentado. A pesar de esto, Amadeo I juró la constitución y se convirtió en un monarca democrático, aunque sufrió el menosprecio y la indiferencia de los altos mandos militares y de la aristocracia.

Desde el primer momento, Amadeo se mostró dispuesto a cumplir escrupulosamente con el papel de rey constitucional, pero las fuerzas políticas del régimen sufrían una división interna entre los constitucionalistas de Sagasta y los radicales dirigidos por Ruiz Zorrilla. Esto produjo constantes cambios de gobierno entre Serrano, Ruiz Zorrilla y Sagasta.

Por otra parte, la Comuna de París y la I Internacional tuvieron una gran influencia en la agitación sociopolítica del momento. Además, continuaba la rebelión carlista y la guerra de Cuba, así como el malestar en el ejército ante algunas disposiciones del gobierno. Amadeo I también contó con la oposición de la Iglesia porque propugnaba el principio de libertad religiosa y la separación entre Iglesia y Estado. Por último también se oponían, los partidarios de una restauración borbónica en la figura del príncipe Alfonso, liderados por Cánovas y los moderados.


3.3.- La guerra de Cuba
En 1868 hubo una insurrección armada iniciada por Carlos Manuel Céspedes con el famoso Grito de Yara. Los Estados Unidos apoyaron este intento independentista para que fuese un estado más; por lo que mostraron su interés de compra a España, incluso Prim pensó en venderla, debido al alto coste que suponía el acabar militarmente con la independencia. La guerra se endureció y no acabó hasta 1898.

3.4.- La Tercera Guerra Carlista
El carlismo experimenta un rearme militar e ideológico. En este contexto convivían dos corrientes: una facción más abierta y otra más heterodoxa. La ideología general era de base romántica.



Los carlistas se sublevan en 1872, iniciando una primera etapa de la Tercera Guerra Carlista en la que son derrotados en el País Vasco. Tras la derrota, firman el Convenio de Amorebieta con Serrano.

En 1873 se generalizó la guerra. Don Carlos ocupó zonas del noreste peninsular, donde se creó un Estado alternativo del país que poseía moneda propia, diputaciones, servicio de correos, leyes propias…

Dos años después de su llegada, en 1873, ante este panorama tan poco alentador Amadeo I, presentó su Acta de Abdicación de la Corona de España y regresó a Italia.

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4.- La Primera República española
4.1.- La debilidad del nuevo régimen
Tras la renuncia de Amadeo I, el Congreso y el Senado proclamaron la República como forma de Gobierno de la Nación por 258 votos a favor y contra 32. La característica esencial del nuevo régimen fue su debilidad, especialmente por la pugna entre federales y unitarios. Esto explicaría que en un año se sucedieran seis gobiernos y cuatro presidentes: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. La inestabilidad se debió a varios factores:
1. Una intensa agitación social.
2. Dos guerras: la carlista y la cubana.
3. Una revolución cantonal.
4. El cuestionamiento de la legitimidad de su origen.
5. La diversidad de corrientes políticas y proyectos.

4.2.- La república federal
El 1 de junio de 1873 se abren las Cortes y el día 7 se proclamó la República Democrática Federal. Se inicia el Gobierno de Estanislao Figueras que: mantuvo la Constitución de 1869, abolió la esclavitud en Puerto Rico y suprimió las quintas. Durante los cuatro meses de su gobierno reunió Cortes Constituyentes. Una vez constituidas las Cortes, el federalismo ganó las elecciones proclamándose Pi i Margall presidente, que pretendía convertir a España en una República Federal de 17 estados.

Sin embargo, El gobierno federalista de Pi i Margall se verá superado por: los conflictos bélicos , la huelga general de Alcoy convertida en insurrección generalizada y por la revuelta cantonalista.

4.3.- La sublevación cantonal
El cantonalismo fue un movimiento político partidario de un federalismo de carácter radical dirigido por los republicanos “intransigentes” como reacción a lo que ellos consideraban una posible derechización de la República. Además, fue un medio de presión para implantar la república federal mediante la proclamación de cantones independientes que podían federarse libremente, al igual que las polis griegas. En este movimiento tuvo gran importancia la influencia del movimiento obrero, sobre todo, anarquista (AIT). El movimiento cantonal se basaba en la democracia directa, la autonomía municipal y las reformas sociales. El cantonalismo se inició en Cartagena como consecuencia de la represión de la huelga de Alcoy promovida por anarquistas, extendiéndose por el País Valenciano, Murcia y Andalucía. Algunos de los cantones más destacados fueron Cartagena, Valencia, Sevilla, Málaga, Motril, Cádiz o Tarifa. Tras los intentos pactistas de Pi y Margall para acabar con esta insurrección, Salmerón y Castellar optaron por la represión militar al mando de Martínez Campos y Pavía que lograron acabar con todos los cantones salvo el de Cartagena que resistió hasta enero de 1874.
4.4.- El proyecto de constitución federal
Las principales características de la constitución de 1873 son:
1. Se elaboró el proyecto de constitución pero las Cortes no tuvieron tiempo de aprobarla (Non nata).
2. Soberanía nacional.
3. Forma de gobierno: República federal con 15 estados más Cuba y Puerto Rico.
4. Se consagran amplios derechos y libertades fundamentales similares a los de 1869.
5. Se proclama división rígida de poderes al que se añade el poder de relación del presidente de la República.
6. Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado.
7. Aconfesionalidad católica y libertad de culto.



4.5.- La república centralista
Tras el primer periodo republicano y a causa del cantonalismo, se experimentó un giro hacia posturas más conservadoras, iniciado por el nuevo presidente unitario, Nicolás Salmerón. Durante su mandato el ejército vuelve a recuperar su papel predominante en política. Incapaz de firmar las penas de muerte contra los cantonalistas, dimite.

Salmerón es sustituido por Emilio Castelar que dio a la República un giro conservador hacia la derecha. Con minoría en las Cortes, gobernó de forma autoritaria con el Parlamento cerrado y cedió atribuciones a los militares para que mantuvieran el orden. El resto de los republicanos plantearon una moción de censura que tuvo efecto en enero de 1874: se intuía la formación de un gobierno de izquierdas.

Este período acabó con el Golpe de Estado del general Pavía para volver al orden y en contra del federalismo.

4.6.- El gobierno de Serrano
Pavía cedió el poder a una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano, que intentó estabilizar el régimen republicano con apoyos de los sectores conservadores, lo que generó un sistema híbrido, sin constitución. Por su parte, los conservadores ya habían optado por la solución alfonsina e iniciaron los preparativos para el retorno de Alfonso de Borbón.

El 1 de diciembre de 1874, el príncipe Alfonso había firmado el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas, que sintetizaba el programa de la nueva monarquía: régimen conservador y católico, funcionamiento del sistema político liberal y restablecimiento de la estabilidad política y el orden social.

El 29 de diciembre, el general Martínez Campos realizó un pronunciamiento en Sagunto, proclamando a Alfonso XII nuevo rey de España.